domingo, 11 de febrero de 2018

Soñar despiertos

He vivido el borde de los abismos en la entrega de mi amada
He caído en el fondo del Universo sin el contacto de sus ojos con los míos
He nacido de nuevo con el sonido de su voz en el caracol marino
He vuelto a la vida con sus manos sobre mi corazón, fruto arrancado y restituído, palpitante a la hora del sacrificio
He vivido la muerte de vivir sin ella.

Nacemos con el Sol y morimos en la mirada de la mujer que amamos
Renacemos en el higo engendrado durante la noche
Construimos una imagen de pareja que no resiste el impulso autodestructivo del despecho.

Renací con el sol verde de su mirada, con su luz de hembra rubia y desnuda
Doraba mi piel en sus caricias de gata blanca y desconfiada
Bebía del agua salada y despertaba el mar de la sed
Caminábamos por las playas de nuestras mentes mientras leíamos poemas
Morimos de amor sin haber vivido lo suficiente aquel ocaso de Sol.

Habríamos sobrevivido al tedio de ser uno mismo
Habríamos superado la falta de imaginación en la cama
Habríamos remontado las crisis económicas de nuestros países
Habríamos bebido champaña cada Año Nuevo
Habríamos aprendido a convivir con nuestros defectos y extrañarlos
Habríamos resistido al desencanto y la desilusión, hasta volvernos geniales y sabios
Habríamos amado al otro sin necesidad de las palabras

Enamorarse en otro idioma
Hacerle el amor a otra cultura
Tener sexo sin preservativo
Premeditar el deseo
Entregarse al otro que nos recibe como a sí mismo
Soñar despiertos
Abrir los ojos al mundo.

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