sábado, 10 de febrero de 2018

Estoy

Estoy frente a un paisaje de leche y nieve que no es tu piel
Quisiera que fueses tú y tu alma desnuda delante de mí
Al alcance de mis manos, sensible a mi boca, palpable a mis dedos

Pero es un blanco difícil de precisar que se extiende a lo largo y lo ancho de una cama y no cabe en la red de palabras que tejo el aire
Es una pasión de fuego que madura en la punta de mi lengua y el filo de mi dentadura
Las que alguna vez se posaron sobre tus pezones como aves de paz

Me encuentro sin palabras delante de ti
Con la mirada del incrédulo que se arrepiente de su falta
No soy el héroe que te rescatará del aburrimiento y la desdicha
No soy el tipo genial que salvará tu nombre de las malas lenguas y te rescatará del fuego eterno del cuchicheo
Tampoco soy el amante que te mojaría los fundillos con una sola mirada indiferente
Soy un poeta de palabras obscenas y pensamientos obscuros cuya moral es puesta en duda a diario por la belleza de mujeres que encuentra en la ciudad
Mujeres que llevan tu nombre o visten como tú
Que tienen el color de tus ojos o saborean los helados como tú
Mujeres que toman los libros y dejan caer un lápiz como tú
Mujeres que caminan y ríen como lo harías tú
Soy un hombre que ha caído bajo tu influencia y no logra que sus palabras levanten vuelo con las garzas en la tarde
Que pasea por los parques en busca de la frase precisa que guie su camino hacia ti

Eres un paisaje de nieve y leche que recuerdo
Eres las dos ramas verdes de tus ojos que me miran
El oro de tu cabello que desciende por tus hombros y el trigal de tus valles secretos
Eres la raíz del árbol que me cobija
La semilla sembrada en mi tierra
La fruta que alimenta y sacia mi sed

No hay comentarios:

Publicar un comentario