domingo, 11 de febrero de 2018

Taedium vitae

Mujer carnal, esposa de mi carne,
Novia amada por mi sangre
Amante de mis huesos de hombre
Hoy el mundo es un espectáculo atroz,
una lucha perdida, un día de derrotas
Porque tú no estás en él.

Mujer extranjera que se aparece en cada Apocalipsis
Regresa a mi lecho ardiente de enamorado
Y apaga esta sed de tí que me aniquila.
Mujer virgen que acostumbras pisar cabezas de reptiles
Entrégate de nuevo a mí, confía en quien te quiso, reclina la cabeza sobre mi pecho, acurrúcate como paloma entre mis brazos.

Tu cuerpo velado o desnudo
Es motivo de escándalo entre los hombres y es causa de este desorden universal
Santones y falsos profetas condenan al Mundo y te condenan
Mas yo te salvo con mi amor y te protejo del odio de los hipócritas
Porque nunca se ama demasiado.

Recrea con tus caricias el origen del Universo
Pon las estrellas en su lugar y haz girar a los planetas con los dedos de una mano
Bebe de mí como de un río
Vacía los océanos de oscuridad que pesan sobre mis ojos
Sumérgete desnuda en continentes sin descubrir y rescata frutos de planetas no habitados
Funda ciudades en el aire y derriba las cordilleras de todo lo prohibido

Novia mía, sobre la Tierra no caben más de dos cuando nos besamos
Mi templo son tus pechos
Y nuestra religión no precisa conversos
Tomo la flor sagrada de tu deseo cuando lo pides
Y la deposito en su altar cuando lo ordenas
Sigo cada precepto que me indicas en este peregrinar los paraísos imaginarios de tu carne, que también es mía porque ya somos uno.

Amante mía, si un día llegaras a cansarte de tu amigo
Recuerda que te quiso por igual para honrar a tus dioses paganos que para jugar travesuras al tedio de ser incompletos.

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